En este artículo se aborda el tema de los desiertos espirituales, momentos en los que los creyentes pueden sentirse desanimados o decepcionados en la obra de Dios. Se mencionan posibles razones para estos tiempos difíciles y se hace énfasis en la importancia de examinarnos constantemente para detectar si hay pecado en nosotros o en nuestra iglesia. También se destaca la necesidad de mantener una relación estrecha con Dios y perseverar en la obediencia, incluso cuando no vemos la evidencia obvia de su obra en nosotros. Se comparte la historia de un misionero que dejó un impacto duradero en la vida de muchas personas en Colombia.