NOS ENSEÑO COMO VIVIR.
"Porque ejemplo os he dado, para que como yo he hecho vosotros también hagáis" (Juan 13:15).
SEGUNDA PARTE.
EL USO DE LAS ESCRITURAS.
JESÚS claramente nos enseño y enseño a Sus Discípulos, a través de su propia vida, la importancia y el uso de las Escrituras, la Palabra de DIOS.
Él nunca tuvo dudas de la veracidad de los rollos (libros) de las Escrituras antiguas, porque Él más que nadie sabía que el Espíritu de DIOS los había inspirado (Marcos 12:26; Mateo 22:43) y estos libros era para él la «Palabra de Dios» (Juan 10:35; Marcos 7:13; Mateo 15:6; Lucas 8:12); pero en un sentido que solo podemos aplicarle a Él, estos libros eran Su propia Palabra. Él nos explicó su profundo significado " Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. - Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón." (mateo 5:21-22 y 27-28), como Él dijo: "Ellas son las que dan testimonio de mí" (Juan 5:39; Mateo 5:17-18); y lo mejor de todo Él sabía que había venido a cumplir en totalidad todas las cosas que de Él estaban escritas y a menudo señalo esto a Sus Discípulos (Mateo 5:18; 8:17; 13:14; 26:54,56; Marcos 14:49; Lucas 4:21; 21:22; Juan 13:18; 15:25; 17:12); no era sino natural que JESUCRISTO usara en su ministerio el conocimiento confiable contenido en las Escrituras, ya que este era el alimento que fortalecía Su propia alma, "Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4) y esta fue el arma que utilizó para ganarle la guerra a Satanás (Mateo 4:4,7,10; 12:13; Lucas 4:4,8,12), y sobretodo fueron la Escrituras, las que utilizó para enseñar la eterna Verdad de DIOS, tanto a las multitudes, como a Sus Discípulos y a nosotros, pues nos ha dejado su perfecta obra: LA ETERNA PALABRA DE DIOS. (Lucas 4:17-21; 24:27,32,44,45).
Utilizó las Escrituras mientras confiaba en su Padre y oraba a Él, la utilizó para ganar a otros para Su Camino y a menudo dedicó especial atención para enseñar a sus seguidores el significado de algún pasaje de las Escrituras cuando hablaba con ellos, miremos que en los cuatro Evangelios, hay por lo menos sesenta y seis ocasiones en las que JESÚS hablo del Antiguo Testamento con Sus Discípulos y en otra noventa oportunidades o más, hablo a toda la gente de asuntos escritos en el Antiguo Testamento. Eran todas ocasiones diferentes cuando JESÚS utilizó las Escrituras y de maneras diferentes, algunas veces repetía las palabras exactas de un pasaje, otras veces hablaba de cosas mencionadas en el Antiguo Testamento, y algunas veces utilizaba palabras similares a las que allí se usaban y si sumamos las oportunidades en que los acontecimientos se narran en más de un Evangelio, encontraremos más de 160 pasajes en los que JESÚS hizo referencia al Antiguo Testamento, porque el Nuevo Testamento aún no había sido escrito y las Escrituras Antiguas era la Biblia para esos tiempos.
En todas estas maneras enseño a Sus Discípulos cómo utilizar las Escrituras, JESÚS quería que ellos las conocieran y las utilizaran en sus propias vidas, por esta razón, practicó con ellos la forma Bíblica de enseñar y guiar, pero ellos no podían sino comprender al menos algunos de los principios para explicar, aplicar y enseñar las Escrituras y ellos pudieron observar como JESÚS podía recordar fácilmente los pasajes del Antiguo Testamento, esto les demostró claramente la necesidad de memorizar las Escrituras, porque de esta manera tanto ellos como nosotros podemos permitir que la Palabra de DIOS se convierta en rectora de todo lo que hablemos y vivamos.
JESUCRISTO dejó una cosa perfectamente en claro, que la Palabra Escrita y la Palabra Hablada por Él, que eran una sola; nunca se oponían, por lo contrario, ambas coincidían, Sus Discípulos creían lo que JESÚS creía y Su fe en CRISTO estaba fundamentada en la Palabra de DIOS; es decir en las Escrituras y en la Palabras que JESÚS mismo les había pronunciado. También les explico otra gran verdad,, que después de dejarlos, les enviaría su ESPÍRITU, para que ellos y hoy nosotros podamos seguir en comunión con Él y que a través de la ayuda de su ESPÍRITU, Sus Palabras permanecerían así en ellos como en nosotros; "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor." (Juan 15:7-9)
BENDICIONES.
CONTINUA: LO PRIMERO, GANAR ALMAS PARA DIOS.